21 de mayo de 2011

our thinGS (nuestras cosillAS)

La disposición de las nuevas tecnologías nos ha permitido estar localizables mucho más a menudo y estar más y mejor preparados en ciertas situaciones. Todo ha ido bien y la adaptación ha sido muy gradual hasta hace poco tiempo. En el momento en que comenzaron a generalizarse las tarifas de internet, las redes sociales multiplicaron sus usuarios, los smartphones se extendieron entre el público de forma general, etc. Quizá cada una de esas cosas por separado no habrían supuesto un cambio tan radical, pero al juntarse todas tuvo lugar un cambio completo de paradigma en el mundo de las comunicaciones, en el que pasamos a un mundo hiperconectado, donde la red y los usuarios se convirtieron en uno.


El problema no es el aumento de nuestra presencia en la red y nuestro uso de las TIC, sino cómo hemos ido ignorando las sucesivas advertencias. Hemos llegado a un punto en que en la mayoría de los casos no sabemos a cuántos servicios estamos suscritos, ni qué datos estamos proporcionando; sólo podemos saber que alguien en algún punto tiene acceso a lo que vemos, o quizá a lo que compramos, o quizá a dónde estamos, ¿quién sabe?



Es muy importante que nunca olvidemos que tenemos que aprovechar las ventajas de esta tecnología para nuestro bienestar, y no acabar al servicio de la misma. Recordad siempre que nos gusten o no los poseedores de los derechos de toda esa información son empresas y no ONGs, viven de vender y comprar datos, y debemos ser muy cuidadosos con la información que les cedemos, pues luego acabamos recibiendo llamadas intempestivas de compañías con las que jamás hemos tenido relación ninguna o cientos de correos basura de publicidad. Así que, como en todo en esta vida, hay que tomar precauciones antes de hacer las cosas para evitar problemas venideros.

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